Hace poco, cuando viajaba en un avión, un hombre joven, que ocupaba el asiento contiguo, mantuvo conmigo una conversación que resultó ser inquietante y, a la vez, esclarecedora. La charla se inició debido a la expresión de desconsuelo que él tenía. Su gesto era como el de quien acaba de engullir una ostra podrida... (COMPLETO, Y EN 2 FORMATOS A TRAVÉS DEL LINK)
403 KB - DOCX/PDF
No hay comentarios:
Publicar un comentario