¿Que tiene esa
ciudad que enamora
a cualquiera que...
ciudad que enamora
a cualquiera que...
la visita? Y no me refiero a Woody Allen y su insípida Vicky...., precisamente. De Buenos Aires se dijo en los últimos años que es la ciudad gay friendly por excelencia; como vivo allí, no puedo ser demasiado objetivo; en Europa, Barcelona seguramente es punta de lanza en ese sentido, y mientras que aquí tenemos la Reserva Ecológica en aquellas tierras poseen la Barceloneta y otros lugares altamente amigables, como en el que se desarrolla este clip. El corte de exportacion de la fecha, Valentín Alsina (Flaco pero ni fane ni descangallado, sino bastante fibroso, con poco vello en general, un extraño piercing en la nariz y algo bastante notable entre las piernas) se encuentra tomando sol con apenas un speedo rojo en una especie de reposera acuática de madera de grandes dimensiones, en lo que parece ser o un estanque o una parte tranquila de la costa frente a un importante edificio en construcción (si no entendieron nada, mejor la escena); a los pocos segundos, pasa cerca de él y se sitúa cerca el bonito, algo ilustrado y bien musculado por todos lados Fabio Costa (¿Estadounidense? ¿Español? ¿Brasileño o portugués quizás?), que se quita el jean, y luego en bolas se calza un short de los de dimensiones reducidas. Esto llama la atención de mi compatriota, quien deja a su aparato reproductor respirar los aires mediterraneos, lo que Fabio imita, produciéndose el flirteo visual y las cascadas de rigor. No importándoles para nada la gente que saca fotos o el señor de panza prominente que pasa tras ellos, los muchachos se besan y se dan un chapuzón, luego de lo cual y con el armamento en alza, se visten y parten a mejor destino. Ya Indoors y en un lindo sillón, los chicos hacen lo que se supone: felarse, besarse (poco), etc; luego del gran rim que Alsina le practica a Costa, el mas moreno está listo para los embates del crédito nacional, que deja muy bien parada la imagen del macho argentino, en un mete-saca de los ágiles, al cabo del cual ambos acaban (bien, aunque no en cantidades espectaculares), finalizando todo con un abrazo entre fraterno y fogoso. FIN. En pocas palabras, ¡Uno para ir reservando pasajes a la ciudad ibérica YA, inclusive por Aerolineas Argentinas!!!
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